lunes, 4 de marzo de 2019

EL NAZARENO


Ya llegó la semana,
la más importante del año,
es cuando más sacrificio
se hace de todo el año:
hay que ayunar,
y sacar, de la iglesia, a los santos.

Es la Semana Santa.
Representa la pasión
de Jesús resucitado,
se preparan los costaleros,
para cargar con los santos,
que preparados están,
en las andas colocados.

Una imagen es el Nazareno,
que con la cruz va cargado,
trompicando y cayendo,
va camino del Calvario.
Lo han condenado los hombres,
para ser crucificado.

No le sirvió ser bueno,
ni tampoco hacer milagros,
lo traiciona un apóstol,
se vendió a los soldados,
por treinta monedas de plata,
que le pagan los soldados.

En el Huerto de los Olivos,
allí están cenando,
y se lo anuncia Jesús:
"Uno me estáis traicionando"

No termina de decirlo,
y han llegado los soldados,
y como no conocían a Jesús,
Judas se ha levantado,
dirigiéndose a Jesús,
en el rostro,
un beso a Jesús le ha dado.

Esa era la señal,
que tenía con los soldados,
y enseguida lo prendieron,
para que Jesús sea juzgado,
y al no encontrarle culpa,
al pueblo se lo ha entregado.

Y el pueblo hace justicia,
porque dicen
que el pueblo es siempre sabio,
aquel hombre era justo,
y que hacía tantos milagros,
y el pueblo lo sabía,
han cogido y lo condenan,
para que sea crucificado.

Y Pilatos se disculpa,
lavándose las manos,
y han llegado los soldados,
y a Jesús crucificaron:
ponen a Jesús en el medio
y a un ladrón a cada lado.

Es como una pedrada,
que los judíos le han dado,
la Virgen está junto a la cruz,
suspirando y llorando;
junto a ella está Magdalena
y las mujeres del Calvario,
allí están afligidas,
viendo al crucificado.

Han pasado varios siglos
desde que lo ajusticiaron,
y la Iglesia sigue ahí,
y también los cristianos.
Y ha llegado la semana
de sacar en procesión a los santos.
Los costaleros están preparados
para cargar con los pasos,
y han sacado al Nazareno,
al hombro con la cruz colgado.

Como hace varios siglos,
cuando iba
caminando hacia el Calvario,
las mujeres van junto a él,
enlutadas y con mantilla,
unas van llorando,
y otras se van lamentando.

Los hombres van detrás,
todos encapotados,
y los niños corretean,
y se quedan mirando,
empieza a sonar la música,
los tambores y trompetas,
para que los costaleros,
lleven al compás el paso.

Pilatos se lo entregó al pueblo,
y él se lava las manos,
y el pueblo hizo justicia,
porque dicen
que el pueblo es siempre sabio:
el pueblo a Jesús condena
y a Barrabás lo soltaron.

Por Cecilio Clemente Rivera

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