viernes, 29 de agosto de 2014

EL ABUELO ERA SABIO


El abuelo era sabio,
los años lo habían hecho,
siempre aconsejando a los hijos,
siempre vigilando a los nietos,
para que todo fuera bien.
era el papel del abuelo.

Coge a los nietos de la mano,
y al parque se va con ellos.
Y los niños al llegar,
cogen y salen corriendo,
derechos a los columpios,
a ver quién monta primero.

Y el abuelo con paciencia,
en orden les pone a los nietos,
pues ellos no estaban solos,
también había otros abuelos.
también habían ido,
para que montaran sus nietos.
Todos querían montar,
todos en el espungaero.
El abuelo es venerable,
todos respetan al abuelo,
pues era el patriarca,
de los hijos y los nietos.

Los padres están trabajando,
pero ahí está el abuelo,
para llevar a los niños,
por la mañana al colegio.
Y cuando terminan las clases,
el abuelo allí está,
a la puerta del colegio,
para traerlos a casa,
para su seguridad.
Todos contentos están,
mucho quieren al abuelo,
lo quieren mucho los hijos,
lo quieren mucho los nietos.

El abuelo ya  no es sabio,
En estos tiempos modernos,
pues no le sirven los años,
ni la experiencia del tiempo,
con las nuevas tecnologías,
saben mucho más sus nietos.

Aunque se les vea pequeñitos,
saben más que el abuelo,
con el móvil en la mano,
ellos están todo el tiempo,
unas veces mandan mensajes
y otras les ves hablando.
Como el abuelo no sabe,
de móvil ni de internet
hay que llevarle a clase
para que aprenda internet,
y hay que regalarle un móvil,
para que hable por él.

Así le dicen los nietos,
los nietos, así lo ven.
y el abuelo, se sonríe
no les lleva la contraria
pero él, ya no está para estudios
pues ya le pesan los años
que él lleva a sus espaldas.

Y van pasando los años
y el abuelo va envejeciendo
pues los años no perdonan,
y cada vez va más viejo.
Ya le molestan las voces,
ya le molestan los nietos.

Diferente de otras veces,
cuando él estaba nuevo,
él cuidaba con cariño,
a sus nietas y sus nietos.

El abuelo cabizbajo,
en un sillón está sentado,
ya no puede caminar,
con el peso de los años,
con una mano en la frente
y con los ojos cerrados,
parece que está dormido,
pero estaba recordando,…
los años de su niñez,
y todo el tiempo pasado.

Cuando de niño jugaba
en la plazas y los prados,
recuerda cuando era mozo,
cuando iba a los bailes,
cuando se enamoró,
cuando se estaba casando.

Y así recuerda el abuelo,
no le molestan los ruidos,
no le molestan los nietos,
porque estaba concentrado,
pensando en el pasado.

Y pensaba para él,
por dónde se me han ido
los noventa y cinco años,
parece que fue ayer,…
y vuelve a recordar
cuando estaba jugando,
cuando me fui a la mili,
cuando me estaba casando.

¡Qué corta es la vida!
¡Y qué largos son los años!
Lo que dice Calderón:
“Que la vida es un sueño,
y los sueños, sueños son”.

Por Cecilio Clemente Rivera


jueves, 21 de agosto de 2014

EL DINERO


Yo tenía unos amigos,
Vicente y Julio son.
Los tres éramos solteros
y de fiestas siempre estamos,
empezábamos el viernes
y hasta el lunes
a casa no regresamos.
Pero un día Vicente
una novia se ha echado,
rubia y muy bonita,
era todo un encanto.
Vicente estaba del todo enamorado.

Vicente tenía padre,
una hermana y un cuñado.
Ha llegado el momento
que el padre está malo y delicado
y necesita el servicio
de la hija y su marido,
de Vicente y su mujer,
que ya se habían casado.
Por lo tanto acordaron,
como tenían que cuidarlo,
una semana cada uno,
la hermana y el cuñado,
Vicente y su mujer,
que están muy enamorados.

Empiezan a cuidar al padre,
todo con normalidad,
hasta que pasan unos días,
y la cosa cambia ya.
La señora de Vicente,
ya se empieza a negar,
dice que ella no tiene
al abuelo que cuidar.
Para eso tiene una hija,
para que lo pueda cuidar,
y empieza a decirle cosas:
de su padre a Vicente,
"Tu padre es un atrevido,
y siempre me está mirando,
no te puedes acercar,
pues siempre extiende las manos,
para poderte agarrar.
Yo no voy en cá tu padre,
allí ya no vuelvo más,
allí que vaya tu hermana,
que es la que tiene
a tu padre que cuidar.
El otro día me acerco,
y como es tan atrevido,
apenas me he descuidado,
ha cogido y me ha agarrado.
¡Qué sin vergüenza es tu padre!
¡Yo no lo cuido más!
Para eso tiene una hija,
para que lo vaya a cuidar".

Y Vicente boquiabierto,
escuchando a su mujer,
y como está enamorado,
no la suele reprender.
Todo lo que ella le dice,
todo le parece bien,
el abuelo como anda,
con un bastón y despacio,
ha ido a la administración,
y a la primitiva le ha echado.
Y tuvo buena suerte,
que a el solo le ha tocado,
y había bote,
y tres millones le ha tocado.

El abuelo se lo calla,
para que nadie se enterara,
pero la mujer de Vicente,
enseguida se ha enterado.
Y ha ido en cá  el abuelo,
corriendo y sofocada,
le han tocado tres millones,
y ella no tenía nada.
Y en ese mismo momento,
allí también se encontraban,
los que al abuelo cuidaban,
y ellos de la primitiva,
ellos no sabían nada.

La mujer de Vicente,
le dice a sus cuñados,
"yo atiendo a tu padre,
porque está muy delicado,
no hace falta que vengáis,
a tu padre a cuidarlo,
pues a mi me basta y me sobra,
para cuidar a tu padre".

Y en ese mismo momento,
Vicente en el abuelo ha llegado,
y viendo a su mujer,
sorprendido se ha quedado,
pues no quería venir,
al abuelo a cuidarlo.
Y se ha dirigido a Vicente,
diciéndole yo a tu padre,
he venido a cuidar,
pues tu padre es tan bueno,
pues tu padre es un encanto,
mira como me mira,
mira como extiende las manos,
con ganas de acariciarme,
deja que me acaricie,
pues tu padre es como un santo,
¡Qué Dios nos manda del cielo
para que yo pueda cuidarlo!

Ni tu hermano ni tu cuñado,
pues yo sola lo atiendo,
¡Qué gusto me da cuidarlo!
Y Vicente boquiabierto,
escuchando a su mujer,
viendo como ahora quiere
a su padre atender.
Todos están sorprendidos
del cambio de la mujer de Vicente,
porque ninguno sabía,
que el abuelo había jugado.
Y tuvo tan buena suerte,
solamente lo sabía,
nada más que la mujer de Vicente.
¡Qué diferencia existe,
con dinero o sin dinero!
¡Sin dinero el abuelo es malo,
y el abuelo con dinero es bueno!

Por Cecilio Clemente Rivera