jueves, 19 de mayo de 2016

LA SIERRA DE SAN JOSÉ


Vivía la Virgen Pura
con San José en Belén,
como era carpintero,
allí tenía el taller,
allí tenía la zuela
y las demá herramientas;
y, entre todas, aquellas
también tenía una sierra
que él mismo inventó,
para cortar la madera;
pero, como todos los inventos,
de momento, no quedan bien:
la hoja era lisa
y no cortaba muy bien.

Y terminó la jornada,
que aquel día,
se le dio bien,
había hecho dos puertas,
y se las pagaron muy bien;
y con el dinero en la mano,
a la Virgen se fue a ver,
diciéndole toma este dinero,
para tu menester.
Y pasaron la noche
tranquilos y sosegados
porque la persona,
se encuentra bien,
cuando el día bien se ha dado.

El diablo aprovechando
que San José,
en el taller no estaba,
se ha metido en él,
a ver lo que allí encontraba,
y lo primero que vio
fue la sierra,
que San José inventó.
Y viendo la hoja tan lisa,
y también aguzada,
dijo esta la estropeo yo,
y de dientes la lleno,
creyendo con la maldad,
que la había estropeado.

Pero se equivocó,
con los pinchos de la sierra,
San José mejor serró,
y el demonio indignado,
y sin saber lo que hacer,
para ver si enfadaba,
al bueno de San José,
el demonio enfadado,
a la noche volvió otra vez.
Ahora cojo la sierra,
y la echo a perder.

Y ha cogido la sierra,
y como ya tenía pincho,
ha cogido y le ha abierto
un pincho para cada lado,
y quedó satisfecho,
creyendo que así,
que la había estropeado.
Pero volvió a equivocarse,
porque de esa manera,
la sierra quedó perfecta,
y San José trabajó
con toda comodidad,
y el diablo por el taller
no se le ocurrió ir más.

Por Cecilio Clemente Rivera

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