Las dehesas de Extremadura,
únicas en el mundo entero,
también la de Montehermoso,
es la Dehesa Boyal,
de encinas y de alcornoques.
Cerca de la casa del guarda,
junto a una laguna,
he visto la vieja encina,
muy grande y muy gruesa,
y pensando, yo la miro,
la encina de la dehesa,
sin poder calcular
los años que tiene ella;
unas veces, le echo cientos,
y miles otras veces, se le echa.
Y vamos yo y mis amigos,
una tarde por la dehesa,
se ha presentado una nube,
con rayos y con centellas,
y con una granizada,
gordos como las almendras.
Mis amigos asustados,
de aquella gran tormenta,
sin saber dónde meterse
y refugiar la cabeza;
pero, como a mí me gusta
tanto la naturaleza,
yo conozco todos los árboles
que se crían en la dehesa.
Les digo a mis amigos,
vamos a la encina vieja,
que tiene un hueco muy grande,
y todos cogemos en ella,
es parecido a una choza
de aquellos viejos pastores,
cuando guardaban las ovejas.
Y allí estuvimos metidos,
hasta que pasó la tormenta,
y salimos todos secos,
gracias al hueco,
de la gran encina vieja.
Por Cecilio Clemente Rivera
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