viernes, 15 de abril de 2016

EL SECRETO



Venía yo una noche
de regreso a mi chalet,
cuando, de golpe, un perro,
ha cogido y me atacó
zaleándome la ropa.
Pero tuve tanta suerte
que traía mi bastón,
y le he atizado un palo
y extendido....
en el suelo se quedó.
Y le cogí de una pata
y lo he llevado al chalet.
He hecho un hoyo
y lo he metido en él.

En ese mismo momento,
me viene a mi pensamiento,
una broma voy a dar,
de probar a las personas
en las que más confío yo.
Y empiezo por mi mujer,
a ver si guarda el secreto,
el secreto del chalet.
Yo le digo a mi mujer,
una lucha he tenido,
anoche de madrugada,
menos mal que soy fuerte,
y a pisotones y a palos,
lo he podido dominar.
Menos mal, que estaba cerca
del jardín del chalet,
y allí he hecho un hoyo,
y lo he metido en él.
Voy a hacer unos surcos,
y en ellos voy a poner
unas cebollas y ajos,
en el jardín del chalet,
para quitar las huellas,
de lo que allí enterré.
No le digas de esto a nadie,
un secreto ha de ser,
así le decía el hombre,
el hombre a la mujer.
Y la mujer asustada,
yo a nadie se lo diré,
de lo que hiciste anoche,
y así quedó el secreto,
el secreto del chalet.

Pero, pasando unos días,
a su madre se fue a ver,
si era posible aguantar
el secreto del chalet,
diciéndole,
esto un secreto es;
no se lo cuentes a nadie,
pues la vida nos va en él.
Mi marido se ha peleado
y ha podido más que él,
haciendo un hoyo lo ha enterrado,
en el jardín del chalet.
No se lo cuentes a nadie,
esto un secreto es.
Y la madre ha cogido,
sin poder ser aguantar,
se ha ido a la casa de la otra hija,
para poderlo contar,
un peso tenía dentro,
y lo tenía que sacar.
Hija mía, es un secreto,
que no se debe contar,
porque si lo contamos,
Fabio a la cárcel puede ir.
No madre, yo no lo cuento,
pues no faltaba más.
Los secretos de familia,
en casa debe quedar.

Pero aquel mismo día,
al marido se lo contó,
porque entre ellos,
secretos, nunca existió.
El marido, al día siguiente,
en casa de su madre ha marchado,
pues tenía la familia
aquel día una reunión.
Allí se juntan los hijos,
la madre y los cuñados,
y con esta familia,
a todos se lo ha contado.
Y de pariente en pariente,
y cuanto más tiempo pasaba,
más se iba extendiendo.
Fue pasando de unos a otros,
porque todos eran familia,
toda la gente del pueblo,
y como eran familia,
todos guardan el secreto;
hasta que por fin llegó
a la policía secreta,
que como era secreta,
a Fabio se fue a ver,
a ver lo que había enterrado
en el jardín del chalet;
y han llamado a la puerta,
y Fabio ha salido,
y al ver a la policía,
él no se ha sorprendido.

Fabio que lo que has hecho,
que todo el pueblo lo sabe,
que has matado a un hombre,
y en el jardín lo enterraste.
Han traído a unos obreros,
y Fabio les ha señalado,
donde enterró el cuerpo.
Y la policía sorprendida,
al ver unas cebollas y ajos,
en el sitio que Fabio,
les había señalado,
se ponen a cavar,
y, enseguida, se toparon,
con el cuerpo de un perro
que allí estaba enterrado.
Le dice la policía:
-Fabio como nos has engañado.
Si todo el mundo lo sabía,
que un hombre habías matado,
y en el jardín lo enterraste.-
-Yo no he engañado a nadie,
solamente a mi mujer
le dije que me he peleado
y he podido más que él.
No se lo digas a nadie,
esto un secreto es.
Yo no se lo dije a nadie,
solamente, a mi mujer.-

Por Cecilio Clemente Rivera

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