jueves, 21 de agosto de 2014

EL DINERO


Yo tenía unos amigos,
Vicente y Julio son.
Los tres éramos solteros
y de fiestas siempre estamos,
empezábamos el viernes
y hasta el lunes
a casa no regresamos.
Pero un día Vicente
una novia se ha echado,
rubia y muy bonita,
era todo un encanto.
Vicente estaba del todo enamorado.

Vicente tenía padre,
una hermana y un cuñado.
Ha llegado el momento
que el padre está malo y delicado
y necesita el servicio
de la hija y su marido,
de Vicente y su mujer,
que ya se habían casado.
Por lo tanto acordaron,
como tenían que cuidarlo,
una semana cada uno,
la hermana y el cuñado,
Vicente y su mujer,
que están muy enamorados.

Empiezan a cuidar al padre,
todo con normalidad,
hasta que pasan unos días,
y la cosa cambia ya.
La señora de Vicente,
ya se empieza a negar,
dice que ella no tiene
al abuelo que cuidar.
Para eso tiene una hija,
para que lo pueda cuidar,
y empieza a decirle cosas:
de su padre a Vicente,
"Tu padre es un atrevido,
y siempre me está mirando,
no te puedes acercar,
pues siempre extiende las manos,
para poderte agarrar.
Yo no voy en cá tu padre,
allí ya no vuelvo más,
allí que vaya tu hermana,
que es la que tiene
a tu padre que cuidar.
El otro día me acerco,
y como es tan atrevido,
apenas me he descuidado,
ha cogido y me ha agarrado.
¡Qué sin vergüenza es tu padre!
¡Yo no lo cuido más!
Para eso tiene una hija,
para que lo vaya a cuidar".

Y Vicente boquiabierto,
escuchando a su mujer,
y como está enamorado,
no la suele reprender.
Todo lo que ella le dice,
todo le parece bien,
el abuelo como anda,
con un bastón y despacio,
ha ido a la administración,
y a la primitiva le ha echado.
Y tuvo buena suerte,
que a el solo le ha tocado,
y había bote,
y tres millones le ha tocado.

El abuelo se lo calla,
para que nadie se enterara,
pero la mujer de Vicente,
enseguida se ha enterado.
Y ha ido en cá  el abuelo,
corriendo y sofocada,
le han tocado tres millones,
y ella no tenía nada.
Y en ese mismo momento,
allí también se encontraban,
los que al abuelo cuidaban,
y ellos de la primitiva,
ellos no sabían nada.

La mujer de Vicente,
le dice a sus cuñados,
"yo atiendo a tu padre,
porque está muy delicado,
no hace falta que vengáis,
a tu padre a cuidarlo,
pues a mi me basta y me sobra,
para cuidar a tu padre".

Y en ese mismo momento,
Vicente en el abuelo ha llegado,
y viendo a su mujer,
sorprendido se ha quedado,
pues no quería venir,
al abuelo a cuidarlo.
Y se ha dirigido a Vicente,
diciéndole yo a tu padre,
he venido a cuidar,
pues tu padre es tan bueno,
pues tu padre es un encanto,
mira como me mira,
mira como extiende las manos,
con ganas de acariciarme,
deja que me acaricie,
pues tu padre es como un santo,
¡Qué Dios nos manda del cielo
para que yo pueda cuidarlo!

Ni tu hermano ni tu cuñado,
pues yo sola lo atiendo,
¡Qué gusto me da cuidarlo!
Y Vicente boquiabierto,
escuchando a su mujer,
viendo como ahora quiere
a su padre atender.
Todos están sorprendidos
del cambio de la mujer de Vicente,
porque ninguno sabía,
que el abuelo había jugado.
Y tuvo tan buena suerte,
solamente lo sabía,
nada más que la mujer de Vicente.
¡Qué diferencia existe,
con dinero o sin dinero!
¡Sin dinero el abuelo es malo,
y el abuelo con dinero es bueno!

Por Cecilio Clemente Rivera



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